De la cabeza a los pies. Caroline Graham Hansen deslumbra al mundo con su fútbol, desde las brillantes ocurrencias hasta la exquisita forma en que sus piernas ejecutan cada jugada. Me atrevería a decir que incluso el balón, su mejor amigo, del que se enamoró y al que eligió por delante del ajedrez y de la poesía, sus otras dos pasiones, es más bonito cuando son sus pies los que lo conducen, lo baila, lo mima y lo utiliza para deleitarnos con regates imposibles, asistencias en bandeja (sus compañeras se relamen ante sus centros) y goles. Goles que a veces abren la lata en un encuentro, goles que se suman a las abultadas victorias a las que nos tiene acostumbradas su equipo (el FCB femení), y goles que a veces son decisivos para decidir el resultado de un partido.
La noruega, nacida en Oslo el 18 de febrero de 1995, recaló en nuestra liga cuando fichó por el F.C. Barcelona en 2019, destacando desde que llegó y asumiendo un rol protagonista por sus múltiples asistencias y consiguiendo diversos títulos con la camiseta que sigue vistiendo a día de hoy. Venía de competir en la Bundesliga, dónde a pesar de su juventud, en el Wolfsburgo adquirió una gran experiencia logrando varios títulos y destacando por su potencia, técnica, desequilibrio y visión de juego, lo que la convirtió en la mejor asistente de la Bundesliga la temporada 2018/19.
Graham siempre está, es la jugadora más determinante de la Liga F, las cifras hablan por sí solas. Catorce goles y doce asistencias en dieciséis partidos del campeonato nacional la respaldan. Y no tiene techo, Europa también se ha rendido a su forma de crear fútbol, lleva marcados cuatro goles y ha servido cinco asistencias en los cinco partidos que ha disputado en la fase de grupos de la Women´s Uefa Champions League. Larga vida a su juego. La noruega no se cansa de crear, de regalar pases para que el balón acabe en el fondo de la red, y yo, como espectadora, trato hasta de no pestañear cuando Hansen inventa. Me fascina su conexión con el resto de compañeras, imagino que tiene que ser un placer jugar con Caro, que hace fácil lo imposible, que a la hora de pasar el balón, solo con su forma de hacerlo te dice cómo debes continuar esa jugada y ¡qué maravilla ver sobre el césped ese despliegue de elegancia, discreción, efectividad y magia!
Todo eso es Graham, y el universo del fútbol le hará justicia cuando dentro de unos meses, en la gala del balón de oro, la veamos recoger el premio que la reconozca como lo que es, la mejor jugadora del mundo.